Un viaje por lo más escondido de lo más próximo.
Adentrarnos en el Museo de la Ciencia de Valladolid ha sido el postre de este primer trimestre de retos y experiencias científicas.
Y el silencio espacial fue imposible escucharlo, a algunos nos cuesta mucho llegar a ese estado de silencio.
La visita terminó con una ruta por la exposición de juguetes antiguos y un bocata en los patios de entrada para al recinto. Había que tomar fuerzas para continuar la tarde.
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